Comencé a dedicarme al dibujo siendo apenas un adolescente, pero descubrí el arte en los primeros años de mi vida. Los libros, especialmente los que tenían vívidas ilustraciones, así como los juegos de niños, y cualquier otra cosa que despertara mi curiosidad, me absorbía casi por completo.
No sé a ciencia cierta cuándo fue la primera vez que vi un cuadro, pero sí tengo algunos recuerdos de los primeros. En una de las viejas revistas a color de mi vecina estaba “El bebedor de absenta”, de Pablo Picasso. Y en casa, en uno de esos libros maravillosos de mamá, la misteriosa pintura, “¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?”, de Paul Gauguin. Desde aquel entonces hasta hoy, he visto mucho más de lo que imaginé y vivo casi en un estado constante de fascinación por las cosas que aprendo.
Aunque todavía no he renunciado al arte tradicional, actualmente me inclino más por el arte digital . Así es, soy parte de la revolución digital de nuestros días. Y estoy convencido de que gracias a eso, podré crear el arte de mis sueños.